Una mudanza es un cambio muy importante en la vida de cualquier familia. Es una situación que nos genera un estrés, causado por el cansancio del traslado unido a las posibles discusiones de pareja que pueden acarrear, afectando siempre a los más pequeños de la casa.
Es muy probable que en un momento u otro de nuestra vida tengamos que llegar a pasar por un cambio de hogar, así que os dejamos unas pautas para poder sobrevivir y sobrellevar mejor una mudanza con niños.
¿Cómo afecta a los más pequeños de la casa una mudanza?
Este tipo de cambios, como puede ser una mudanza, puede llegar a afectar al sueño de los niños, a su apetito e incluso a su humor…
Para que una mudanza no suponga ningún tipo de estrés ni trauma para los niños queremos minimizar esos efectos, además de saber prevenir males mayores.
Un estudio reciente acerca del trauma infantil realizado por un equipo de investigadores en Dinamarca y Reino Unido, han llegando a la conclusión de que es probable que existan efectos adversos, a largo plazo, de los traslados familiares, teniendo más efectos intensos cuando se realizan en la infancia y adolescencia como (trastornos mentales, riesgo de suicidio, y de abuso de sustancias y delitos violentos…)
No obstante, aunque se traten de casos excepcionales y extremos, queremos prevenir las consecuencias negativas de las mudanzas para los niños.
Mantener la calma
Una de las cosas más importantes que deberían de tener en cuenta los papás es mantener la calma en las mudanzas, en la medida que sea posible, ya que por ejemplo, evitar las discusiones delante de los hijos es primordial.
Mantener una actitud positiva y alegre ante el nuevo cambio ayudará a contagiarlo a los más peques.
Hacer participes a los niños
Sean cuales sean los motivos del traslado, los niños deberían conocer las razones del mismo, de esta forma les preparamos para la mudanza teniendo así en cuenta sus posibles necesidades para poder prepararlos y hacérselo más fácil.
De esta manera conseguiremos su comprensión y aceptación del cambio.
Cuanto menos participes les hagamos a los niños de la mudanza y del cambio al nuevo hogar, menos entenderán el cambio y más lo van a percibir como algo que se les impone, viniendo detrás todo tipo de problemas de aceptación.
Es muy importante hablar con ellos en todo momento. Responder a sus dudas y preguntas con la máxima sinceridad y claridad, ya que, cuanta más información tengan mucho mejor logarán entender el cambio y superar ese miedo a lo desconocido que solemos tener todos, hasta los adultos.
De esta manera conseguiremos su comprensión y aceptación del cambio.
Implicar a los niños en la decoración del nuevo hogar
Implicándoles y haciéndoles participes de la decoración de su nuevo hogar, su nuevo cuarto de aventuras, les hará sentirse importantes e integrados. Ellos pueden echar una mano con la elección y montaje de los muebles, la elección de su poster favorito, los complementos decorativos e incluso de la pintura.
Cuantos más les involucremos, más les encantará ayudar a montar su nueva sala de juegos e ir colocando sus juguetes y pertenencias poco a poco.
La logística
Respecto al tema logístico hay que procurar hacerles participes también a la hora de guardar y empaquetar sus juguetes y pertenencias más preciadas. Ya que involucrándoles y haciéndoles participes del cambio en todo momento les ayudará a sentirse aceptados y aceptar antes el cambio y el nuevo hogar.
Además de tenerlo todo bien localizado para que no se extravíen ni su ropa ni sus juguetes, ayudando así a una mejor instalación en el nuevo hogar.
Destacar cualidades positivas del nuevo hogar
Destacar las cualidades positivas del nuevo lugar al que nos trasladamos, ayudará a los niños a su aceptación poco a poco, y vean en el (barrio, casa, ciudad) un aliciente, sin idealizar nunca el nuevo destino.
Conocer los puntos fuertes y el atractivo del nuevo entorno potenciando así los puntos fuertes como pueden ser, instalaciones de ocio cerca, los deportes o la naturaleza que podrán conocer y visitar serán claves para la aceptación del nuevo hogar.
Es primordial que conozcan los detalles que tienen que ver con ellos, como por ejemplo, recabar toda la información posible acerca del nuevo centro escolar al que irán, sus características, instalaciones y nuevos amigos que van a hacer para una mejor adaptación.
Actitud positiva frente al cambio
Visitar, por ejemplo antes de la mudanza, el nuevo lugar al que vamos a ir a vivir, siempre será un punto a favor que les ayudará a ir valorando positivamente el nuevo entorno al que se van a tener que adaptar. (Siempre y cuando, claro, nos sea posible por la distancia. En el caso de que no fuera así podemos buscar fotografía e información del lugar).
Despedirse del viejo hogar
Como muchos sabemos, lo que realmente convierte una casa en un hogar, son las experiencias y momentos que se han vivido en ella.
Empezar de cero en una nueva casa y despedirse de la actual puede resultar agridulce y convertirse en una gran montaña rusa llena de emociones.
Será normal echar de menos algunas cosas, recuerdos maravillosos vividos allí, ya que no solo implica despedirse de 4 paredes.
Recopilar una serie de fotografías hechas en la vivienda y guardarlas o colocarlas en un álbum, ayudará a combatir esa perdida y así mantener vivo cada momento vivido en ella.
O dejar una pequeña “seña” tuya en la casa ayudará a que permanezca una parte de ti allí siempre.
También llevarte contigo una parte de ese hogar, algo representativo, al igual que dejaste tu propia marca en ella, hará el cambio mucho más especial.
Sobre todo… ¡Despídete a lo grande! Organizar una cena de despedida toda la familia y hacer algo especial todos juntos esa noche, os ayudará a llevaros un último recuerdo muy especial.
Dar la bienvenida al nuevo hogar
¿Sabíais que…? Según la tradición judía, los primeros objetos que deben entrar en el nuevo hogar, son el pan y la sal.
Los nativos americanos para purificar sus hogares solían quemar salvia seca.
Y las costumbres nórdicas dictan que poniendo una bellota en el poyete de la ventana ahuyenta los rayos de las tormentas.
La inseguridad en un entorno que aun no conocemos es totalmente lógica, por eso puede que nos cueste más o menos el cambio, pero lo habitual en estos casos es que nos sintamos como en casa en pocos días.
Y si una vez instalados podemos volver a la rutina y horarios lo antes posible con naturalidad y normalidad el cambio no será tan brusco para ninguno de los miembros de la familia.
Sea como sea, debemos de procurar entrar con un buen pie en nuestra nueva vivienda. Habiendo realizado una buena mudanza, y el haber dejado a nuestro gusto la decoración del nuevo hogar lo hará todo mucho más fácil.
Lo mejor de todo, inventaros un ritual propio de la familia, como esparcir agua bendita por todas las estancias nuevas de la casa, e incluso realizar una fiesta de inauguración harán del comienzo en nuestro nuevo hogar algo bonito y especial que a los más pequeños de la casa les encantará…
Y como tal vez alguno de vosotros estéis o estaréis en un futuro en una situación de mudanza, esperamos haberos podido ayudar en esta serie de consejos y recomendaciones para realizar una buena mudanza con niños.